Sumándose al homenaje de los 100 años de Violeta Parra, el Museo de Arte y Artesanía de Linares incluyó dentro de su programación, una interesante exposición que rinde tributo a esta mujer multifacética, que incursionó en variadas manifestaciones artísticas.
La muestra que se inauguró el 10 de mayo y que finaliza el 11 de junio, fue gestionada por el Área de Artes Visuales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, contando pon el apoyo del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), la Pinacoteca de la Universidad de Concepción,el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el Taller 99, coleccionistas privados y la Subdirección Nacional de Museos (SNM) de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).
Esta muestra posteriormente continuará itinerando por la Pinacoteca de la Universidad de Concepción.
Descripción
La exposición Violeta y sus contemporáneas. Influencias y transferencias (1958-1967) busca establecer las relaciones entre las artistas de la época, muchas de ellas ligadas a la Escuela de Artes Aplicadas, a la Feria de Artes Plásticas y a las instituciones inscritas en la cultura popular americana.
La búsqueda de nuevos lenguajes artísticos consolidaría el carácter intelectual y cultural de la nueva realidad nacional, enriquecida con el aporte de estas talentosas mujeres, entre ellas Violeta Parra, que a partir del lenguaje respecto de “lo propio” y “lo popular” indagan en nuevos soportes, técnicas y temáticas asociadas con el espacio femenino.
Las fechas de la exposición abarcan el momento en que Violeta comienza a ejecutar sus creaciones visuales en 1958 y participa de la Feria de Artes Plásticas un año después invitada por la escultora y ceramista Teresa Vicuña, hasta su muerte en 1967. En ese período diversas artistas como Maruja Pinedo, Ana Cortés, Juana Lecaros, Inés Puyó, Laura Rodig, entre otras tantas, participan de movimientos políticos y sociales, talleres de arte libre, imparten clases en las escuelas ligadas a las artes y los oficios, conformando un grupo consolidado de mujeres presentes en la escena nacional.
Curatoría
La exposición Violeta y sus contemporáneas. Influencias y transferencias busca establecer las relaciones entre las artistas chilenas y Violeta Parra entre 1958, fecha en que esta comienza a experimentar en las artes visuales, hasta su muerte en 1967.
En ese período diversas artistas, ligadas especialmente a la Escuela de Artes Aplicadas, participan del proyecto cultural moderno transformando el discurso sobre lo contemporáneo a través de la incorporación de elementos técnicos y visuales del llamado “arte popular”: el oficio de las bordadoras, de las ceramistas de Quinchamalí, de los artesanos de Pomaire, de la trama y urdimbre del norte y del sur o del mundo del campesinado, todos ellos elementos presentes en el complejo entramado social del país.
La relectura de la cultura material se cruza, así, con los ejes simbólicos de las manifestaciones populares, con las inquietudes de las artistas, con el nuevo campo intelectual latinoamericano y con los acontecimientos políticos de la época, constituyendo un nuevo imaginario social instalado en la redefinición de las identidades políticas, sociales y culturales.
De este modo, la obra de Violeta Parra La muerte del angelito formó parte de la “Exposición de solidaridad con el pueblo de Chile” convocada por el Comando Nacional de Escritores y Artistas de Izquierda y el Frente de Acción Popular (FRAP) en apoyo a la candidatura de Salvador Allende y en la que también participaron Adriana Asenjo y Roser Bru.
Entretanto, Teresa Vicuña y Matilde Pérez formaron parte, junto a Violeta Parra, de la Feria de Artes Plásticas realizadas en el Parque Forestal entre 1959 y 1968, que reunió tanto a los artistas de la Academia como aficionados y artesanos. Maruja Pinedo, Ana Cortés, Juana Lecaros, Inés Puyó, Ximena Cristi y Laura Rodig, entre tantas otras, participaron en diversos escenarios políticos, culturales y sociales, impartieron clases en talleres de arte libre y en las escuelas ligadas a las artes y los oficios, y fueron miembras activas en las discusiones sobre el rol del arte en las sociedades latinoamericanas, conformando un grupo consolidado de mujeres que convergen y diversifican la escena nacional.
Desde estos territorios, las artistas chilenas construyen los lugares de lo femenino, de pertenencia e identificación que, desde una perspectiva colectiva, generan nexos afectivos que las relacionan con las cuestiones sociales, el desamparo, la maternidad y los espacios de subjetividad e intimismo.