Las obras de la exhibición Oficios del Maule en peligro de extinción retratan a hombres y mujeres trabajando en las calles, el campo y las montañas de la tierra natal del artista.
Las reflexiones de Leonardo Sepúlveda acerca de esta realidad quedaron plasmadas en el catálogo de la muestra, donde todas las pinturas están acompañadas por un texto. A diferencia los alegres colores y tonos que las caracterizan, los escritos hablan con desolación de cada una de las actividades. Así, en «El carbonero» se puede leer:
«Los caminos son testigos del pasar de las carretas con la yunta de bueyes tirando lentamente la carga del negro carbón a su destino. El carbonero va rumiando su cansancio, su soledad, la injusticia de su vida. Hombres tremendamente esforzados que viven en lugares inhóspitos de la montaña y bajan en invierno a los pueblos y ciudades a vender su oscura carga […]. Y no regresan a casa hasta haber vendido todo» (Sepúlveda 2003).
Esta forma de organizar la publicación establece un contrapunto entre la imagen y el texto. Sobre esto, el artista señala:
«En esos años traté de hacer una interpretación de las pinturas pero de una forma poética muy baja y triste […]. Yo tenía una amistad con un poeta de Talca y él era muy alegre, el alma de cualquier fiesta, pero su poesía era la más triste del mundo […]. Él me decía: "Yo así me equilibro. Tu pintura es muy alegre, entonces tienes que escribir algo que se contraponga a la alegría con la que tú pintas"» (Sepúlveda 2016).